25 de noviembre de 2010

Bosnia i Herzegovina (Mostar). Día 28

Día 28:

Seguimos con el idioma patrio, pues las circunstancias aconsejan tal comodidad.

Es viernes, día 17 de Septiembre de 2010. El sol ya no resplandece como la jornada previa. Nos despedimos de la bella Dubrovnik siguiendo la carretera costera que enfila hacia la Croacia septentrional. Pronto nos topamos con la frontera bosnia, donde nos despachan rápido, de hecho sólo estaremos en su territorio por cuestión de minutos: lo que tardamos en atravesar la minúscula franja de costa que tiene el país, donde se ubica la turística villa de Neum. Es un extraño hachazo que deja aislada a la ciudad de Dubrovnik en ese pequeño trocito al sur. Otra frontera y otra vez en Croacia. En determinado momento nos desviamos rumbo al norte, alejándonos definitivamente de la costa. Hemos dejado a nuestro lado algunas de las preciosas islas croatas, como las de Sipan y Korcula. Tercera frontera del día y entramos nuevamente en Bosnia i Herzegovina, ni siquiera nos miran la documentación al entrar.

Pocitelj, de camino a Mostar
Hablar de la situación socio-política en Bosnia i Herzegovina es harto complicado para alguien que no conoce realmente todo el trasfondo, como es mi caso. Es un país realmente complejo con una historia reciente dramática, marcada por la guerra, limpieza étnica y abusos que aquí tuvieron lugar hace tan sólo 15 años. La cifra de muertos oscila en torno a los 100.000, lo cual habla por sí sólo. Los desencadenantes de semejante barbarie, los verdaderos motivos y los factores que hacen que hoy en día aún haya heridas abiertas, son tan inestables y complejos que al parecer ni siquiera los muy documentados en el asunto parecen ponerse de acuerdo.

Pese a toda esta desolación, en Bosnia i Herzegovina vamos a tener la oportunidad de disfrutar de mucho encanto. La primera muestra de ello son las cascadas de Kravica, un fabuloso y extraño paraje que nos encontramos desviándonos unos cuantos kilómetros de la carretera principal. Tienen unos 28 metros de altura y allí es posible darse un baño, tal y como vimos hacer a algún valiente que quería comprobar qué se siente al poner la cabeza debajo de semejante torrente.

Cascadas de Kravica

De vuelta en la carretera, recogemos a un chico polaco que hoy comparte destino con nosotros: Mostar. Nos explica su viaje, principalmente en tren y auto-stop, desde Cracovia hasta Sarajevo, pasando por Budapest… En nuestro trayecto, nos invita a parar en un par de sitios de interés que él ya conocía. Una vez en Mostar, es fácil localizar dónde está lo relevante aquí. Alrededor de su famoso e infortunado puente se encuentra el casco viejo y toda la actividad turística y social de la ciudad. Nos damos el capricho de comer en uno de los restaurantes que están junto a la ribera del río, y desde el cual tenemos una panorámica privilegiada del conjunto que conforma esta parte de Mostar. Además no resulta ser caro, y podemos probar algo de comida típica (una especie de acelgas con arroz, muy rico).

Mostar ... con su Puente Viejo o Stari Most

Dedicamos la tarde a pasear por el casco viejo, y sobretodo a disfrutar del encanto de este lugar. Pese a que no esperaba demasiado de esta visita, finalmente resultó ser una de las grandes sorpresas del viaje. El contraste viene ofrecido de la mano de los edificios que flanquean la, en su momento, primera línea de fuego. Semiderruidos, con balazos por todos lados, totalmente abandonados a su suerte. Forman parte de la “otra” visita turística.

Edificios semi-destruidos en Mostar


Nos hospedamos en el Hostal Nina, económico y muy cómodo. Además, la propia Nina, joven dueña del hostal, nos habla sobre la ciudad y cómo ha ido cambiando todo desde la guerra, cuando ella era apenas una niña. La gente aquí se muestra muy hospitalaria con el foráneo. Finalizamos el día cenando algo por el casco viejo y dando un último y largo paseo nocturno, cuando todo cobra otra perspectiva diferente. Sin duda, Mostar ha supuesto una agradable sorpresa en nuestro viaje, con su melancólica belleza dejando en evidencia mis expectativas sobre la visita.

1 comentario:

  1. increibles cataratas, increible el puentaco mitico, para bien o para mal, tienen mucha historia en sus ruinas

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