Día 24:
El Gran Skanderbeg en Tirana |
Nos levantamos sobre las 9.00 y salimos a la calle. Hace mucho calor, sol. Estamos en pleno centro, y justo debajo tenemos un mercadillo donde desayunamos. No hay demasiado que ver en Tirana. Comenzamos andando desde la plaza donde se alza el monumento al héroe nacional Skandenberg (construida en 1968 para rememorar los 500 años de su muerte), veremos incontables referencias suyas a lo largo del país. Justo al lado se encuentra la Torre del reloj ("Kulla e Sahatit") y la mezquita de Et'hem Bey, lo que probablemente hace de éste el punto más visitado de la ciudad.
Aparcando en Tirana. |
Justo allí, en pleno centro histórico de la ciudad, nos percatamos de que estamos caminando sobre la calle George W. Bush. Resulta chocante encontrarse esto en un país con tan marcado pasado comunista, y más tratándose de este controvertido personaje. Movido por la curiosidad, he indagado un poco para tratar de comprender a qué se debe esta idolatría al Sr. Bush. En este vídeo vemos la única visita que realizó a la ciudad, donde se dió un multitudinario baño de masas, muy gracioso por cierto. En la descripción del propio vídeo nos explican a qué se debe este recibimiento:
En la turística Kruje |
Seguimos caminando, pasando por el Palacio Nacional de Cultura, Museo Nacional de Historia, Galería Nacional de Arte, y otros edificios de interés que obviamente no tenemos tiempo para visitar debidamente. Llegó la hora de despedirnos de nuestra amiga y compañera de viaje Clara, que ha decidido quedarse aquí en Tirana una noche más para tratar de coger un tren a Kosovo al día siguiente. Nosotros dos volvemos al coche y emprendemos la exasperante tarea de abandonar la ciudad. El tráfico es caótico a mediodía y todo el mundo se abre paso a pitidos, se hace necesario activar el modo violento para salir de allí en un tiempo razonable. Por cierto, en Albania no eres nadie si no tienes un Mercedes Benz de comienzos de los 90. 5 de cada 10 tienen uno, y creo que no exagero.
Castillo de Kruje, antes bastión de Skanderbeg, ahora Museo Nacional |
Skanderbeg en primera plana. Resistencia Albanesa |
Finalmente en camino hacia el montañoso pueblo de Kruje, nuestro próximo lugar de interés. La carretera es realmente mala hasta allí, pero peores son las (inexistentes) indicaciones, lo que nos hace perdernos un par de veces hasta que finalmente acertamos con la desviación. Mereció la pena tal esfuerzo, pues el castillo de Kruje fue uno de los mejores momentos en Albania. Además en su interior hay un detallado museo (Museo Nacional) sobre la vida de Skanderbeg (Jorge Castriota), quien sin duda fue un personaje realmente interesante. Fue quien comandó la rebelión contra el Imperio Otomano en el siglo XV, tomando como base este mismo castillo. Allí, apostató de la fe musulmana y buscó aliados para defenderse bajo el emblema rojo con el águila bicéfala (hoy bandera nacional). Resistió los ataques otomanos una y otra vez, haciendo de la fortaleza de Kruje un sitio inexpugnable pese a recibir hordas de hasta 150.000 soldados turcos, frente a una guarnición de apenas 2.000 ó 3.000 (eh!, también lo he leído en la wikipedia, preguntádles a ellos...). Además de como militar, destacó como estratega y diplomático. Una vez muerto Skanderbeg, la ciudad fue finalmente tomada y el yugo otomano siguió su curso. Su admiración post-mortem fue in crescendo hasta el punto de haberse escrito infinidad de libros sobre él, u óperas como la de Vivaldi.
De allí a la fronteriza Sködra no hay demasiados kilómetros, sin embargo el trayecto se hizo eterno debido al pésimo estado de las carreteras. Afortunadamente vemos una especie de autovía en construcción, lo cual supongo que mejorará la situación. Por el camino me lanzo a perpetrar mis primeros "albaneses" adelantando, ya que a estas alturas estoy totalmente insensibilizado en este sentido. Una vez en la fea ciudad, tenemos, una vez más, problemas para encontrar la dirección correcta. Nos desviamos por error hacia la montañosa y atractiva región de Theth.
De camino a Theth por error... un poco perdidos |
Por si fuera poco, cuando ya finalmente estamos en marcha hacia la frontera con Montenegro, nos para la policía albanesa. La conversación, surrealista. Simiesca, una vez más. Un barrigudo y descamisado policía me pide insistentemente algo, pero yo ya le he entregado todos los papeles. Finalmente caigo en que lo que quiere es un soborno, o me multa por no llevar las luces encendidas (aquí es obligatorio las 24 horas). Me pide unos 15 €. Como ya estoy bastante hasta los huevos de la situación, decido dárselo, así que lo saco y se lo ofrezco. "Ahhh", repentinamente hace un gesto de desaprobación, como diciéndome "calla bicho!, guarda eso inmediatamente coño, que no te lo vean!!". Obviamente él quiere que se lo deslice discretamente entre los papeles del coche. Como ya me tiene harta la lamentable situación, comienzo a gritarle (con el dinero en la mano, lo que le incomoda tremendamente, ya que estamos en plena calle) que coja el puto dinero. Va a hablar con otro compañero de patrulla, vuelve y me dice algo, no entiendo qué. No me hace ningún gesto, ni de que siga, ni de que le entregue algo.. nada. Sólo se queda mirando. Así un largo minuto. Hago el amago de arrancar y seguir, el tío no se inmuta. Unos cuantos gestos simiescos más, cuatro o cinco onomatopeyas... y a tomar por culo, arranqué y allí se quedaron sin multa ni soborno. Lo dicho, muy surrealista.
Entrando en Montenegro |
Poco después llegamos a la frontera con Montenegro, donde nos retienen unos 20 minutillos, y nos obligan a pagar 10 € por una dichosa EcoTasa obligatoria para circular por allí. La entrada al país es sumamente espectacular, conduciendo junto al inmenso Lago Shkodra a través de un Parque Nacional muy rico en vegetación y aves. Podgorica apenas supone otra media hora más desde la frontera, aunque la pasamos de largo sin detenernos. Nuestro verdadero objetivo es Budva, una villa de la que hemos oído (y visto) maravillas y donde pensamos detenernos dos ó tres días a tomar un poco el sol y descansar. El trayecto Podgorica-Budva es fabuloso, a través de lo alto de las montañas, pero desgraciadamente comienza a anochecer y nos perdemos mucho del espectáculo. La bajada a Budva es una vertiginosa carretera que desciende desde lo alto de las montañas hasta la misma línea de playa en el Mar Adriático.
Lago Shkodra, una maravilla en la frontera entre Albania y Montenegro |
Camino de Budva, atardeciendo |
El albergue en el que nos hospedaremos las dos próximas noches, es un auténtico lujo para 6 € por persona que cuesta. Se trata de pequeños apartamentos de planta baja, con terracita, y a 250 metros de la playa. Así da gusto ir a lo barato... Terminamos el día cenando algo típico en un restaurante cercano, lo que desgraciadamente nos cuesta casi lo mismo que el alojamiento... El tiempo está siendo buenísimo los últimos días, y las previsiones son aún mejores, así que mañana toca día de playa...
Cerca de Podgorica |