16 de diciembre de 2010

Ciudadanos sofianetz. Días 38-44

Días 38-44:

En el modesto comedor de la Univ. de Sofía
Comer en Sofía, y por extensión en Bulgaria, es una experiencia realmente placentera. Para comenzar, la comida de aquí “ta güena”. Además, la calidad de las materias primas, presentación, etc..., la cuidan realmente, mucho más que la media en España. Pero probablemente el punto diferenciador con respecto a nuestra tierra patria es el precio. No es que sea la mitad, es que es bastante menos… Comer en un restaurante “pijo” del centro (centro) de la capital, a la carta y sin privarse de nada, por 6 ó 7 € máximo… no tiene parangón. Una pizza grande en Santander, no baja de los 12 €, si nos vamos a cualquier sitio tipo Britannia, El Solecito... En Sofía, en una de las mejores pizzerías, alrededor de 4,5 € la más bestia. Un kebap alrededor de 1,5 €, por 4,5 € en España. Y así…

Foto para mamá
No obstante, y aunque los precios sean bajísimos para lo que estamos nosotros acostumbrados, hemos ido buscando lugares cada vez más y más económicos (manteniendo una calidad mínima…) hasta que finalmente dimos con algo difícilmente superable por estos lares: La Facultad de Arquitectura de una Universidad, llamémosla “X”. Sí, con dos cojones. Dos platos, postre y pan por 1,5 €. No es extraño, por tanto, que este bello edificio del que sólo conocemos el comedor, se haya convertido en nuestro nuevo lugar de peregrinación. Una auténtica desgracia para nuestra progresión como cocineros, ahora fuertemente estancada.

Buscando el edificio anterior (debemos su hallazgo a nuestra amiga Melina), entramos por error en el edificio principal de “nuestra” Universidad (U. de Sofía). Desde luego que el fallo no fue en vano, porque pasear por las dependencias de ese gigantesco edificio monumental de más de 100 años de historia, no tiene desperdicio alguno. Grandes salones, cuadros, escalinatas de mármol…, parece un palacio. Por fuera tampoco se queda atrás, de hecho es uno de los lugares más destacados de toda Sofía.

En el patio exterior del Museo Militar

Otro descubrimiento fue el Museo Militar (calle Cherkovna), al que no pudimos entrar por estar cerrado Lunes y Martes. De todas formas nos la gozamos con los "trastos" que hay expuestos en el patio exterior: cazas, tanques soviéticos, artillería nazi, camiones-radar, anfibios... Todo ello de la I y II Guerra Mundial, y de la Guerra Fría. !!Esto hay que visitarlo en condiciones!!. Volveremos.

Expedición frustrada al Musala con Pacas. Se veía tan cerca...
El viernes, después de las clases, Pacas y yo tenemos preparado el asalto a las montañas de Rila, concretamente a su cota más alta (y de todos los Balcanes): el Musala. La idea es subir hasta el refugio que hay junto a su base, y el sábado por la mañana llegar a la cumbre en lo que parece un fácil trecho. Pero nada de eso pudo ser… menuda decepción al llegar a Borovets y enterarnos de que el telesilla está cerrado por mantenimiento hasta la temporada invernal… desde hace 5 días… La opción B, que sería subir andando desde ahí mismo hasta el refugio a través de un enorme bosque (1.300 metros de desnivel hasta el refugio) nos resulta inviable por no tener tiempo suficiente de llegar antes de que anochezca, no conocer el camino, no mapa… Inviable. Aprovechamos lo que queda de tarde dando un paseo con el coche por aquellos preciosos parajes circundantes al bloque montañoso que supone Rila. Lo del Musala queda pospuesto… aunque habrá que subir desde abajo del todo andando… nada de telesillas ni mariconadas de estas.
Rastreando por Vitosha
El sábado volvimos a subir al Monte Vitosha para dar un paseo por allí con Iva y Daniela. Quisimos impresionarlas llevándolas a un refugio donde daban muy buen comida y Motorhead sonaba en los altavoces (lo constatamos hacía unos días). Pero el tiro nos salió por la culata, la maldita montaña tiene una orografía complicada y nosotros somos un poco cortos, así que nos perdimos y estuvimos dando vueltas un par de horas entre el barro y la maleza. Finalmente (ya casi media tarde) nos resignamos a comer en un refugio masificado, y de cuestionable calidad. Luego, de vuelta en la ciudad, unos pasteles de los que se comen por esta zona del mundo: ¡¡Baklava!!. Delicioso…



En el Rock'n'Rolla
Por la noche aún tuvimos tiempo de estar de vuelta en Sofía para “devastar” en el Rock'n'rolla, un club de música rock-metal muy cuco. Ni que decir tiene que a mí me encantó, sonando cosas como Metallica, Rammstein, RATM, Pantera… Buen ambiente y cervezas de medio litro a 1,5 € (los cubatas ya son otra cosa, precio similar al español). Allí estuvimos con gente búlgara (Milena, Razim…), y griega. Tienen una sala independiente donde hay un karaoke con todo tipo de canciones. Monroy se lanzó con “La Bamba”, un clásico de lengua castellana para dar un poco de color al asunto. Cumplió en la difícil misión de ganarse a un público tan opuesto estilísticamente, se oyeron incluso aplausos ante tamaña demostración de hispanidad.

Cerramos la semana, aparte de con algo de resaca, con una visita al Museo de la Naturaleza. (Se encuentra junto a la Iglesia Rusa, en Tsar Voboditel Blvd). Muchos animales disecados, muchísimos. Desde osos hasta cóndores, pasando por bisontes ó lagartijas de cuello ancho. Pero desde que quitaron la exposición de serpientes vivas (allá por el 2008 dí crédito de ello), ya no mola tanto. La entrada, alrededor de 1 €. Por la noche, al garito de confianza “Sports1” a ver religiosamente el partido del Real Mandril, con unas Zagorkas bien tiradas.

 

Me ha dado con The Sword.... Fire Lances of the Ancient Hyperzephyrians!!!! (el trozo a partir del 2.27 me motiva... mucho)