28 de agosto de 2010

Toma de contacto. Día 5 (parte 2)

Día 5 (parte 2):

Una zona del mercado de coches en Gorublyane
Finalmente llegué a la zona de Gorublyane, ese lugar repleto de coches de segunda mano y tipos engrasados y tostados al sol. Me dí otra vuelta por allí, aquello tiene un encanto especial, un rollo tipo los campamentos de refugiados post-nucleares del Fallout (sí, exagerando un poco).
Coche tipo allí: este Audi TDi lo dejaban en 2.800 €

    








Tras especular un poco allí, pasé por la Facultad de Idiomas de la Universidad a recoger a Iva, lugar que frecuentaré a diario desde el 23 de Septiembre (fecha de inicio del curso que tengo intención de hacer). Volvimos a casa (noroeste) cruzando el centro a toda pastilla, ya como un nativo prácticamente (todavía tengo que pulir la técnica de tomar las curvas haciendo chirriar los neumáticos, no me acaba de salir bien).

Por la tarde, decidimos hacer una pequeña excursión junto a Daniela: iremos a Duniptsa, localidad junto al macizo montañoso de Rila, al sur. Para salir de la ciudad hay volver a usar el dichoso Ring-Road. Poco después pasábamos por Pernik y Radomir, desviándonos un poco de la ruta más directa.
Llegando a Duniptsa, con las montañas de Rila al fondo
Por el camino cruzamos algunos parajes bastante interesantes, enigmáticos. Son comunes las fábricas abandonadas (o al menos con ese aspecto), destartaladas y oxidadas hasta las entrañas, en mitad de un descampado inmenso. El contraste llama mucho la atención: bonitas praderas con las montañas al fondo, y en mitad de ese paisaje, las ruinas de un tenebroso almacén. Tambien son comunes las agrupaciones de fantasmales bloques de pisos de la era soviética (habitados aún, por supuesto).

Una vez en Duniptsa, con las inmensas montañas de Rila justo encima, comprobamos que efectivamente se trata de otro núcleo importante de compra-venta de coches. Todas las afueras del pueblo están infestadas de pequeñas “empresas” que se dedican a ello.

tatarsko kiufte con salsa luteniza. ¡Élite!
Allí encontramos un restaurante de comida típica búlgara, donde degustamos con gran fervor tatarsko kiufte (carne con especies, una mezcla entre albóndiga y hamburguesa) con salsa luteniza (salsa muy típica del país, es como un puré de tomate, pimiento y especias. Tremenda). Aprovechamos para quedar a tomar algo con dos amigas de Daniela que viven allí.

Para volver a casa tardamos algo menos de una hora, hay un tramo de autovía bastante largo que no está abierto en sentido contrario. Hoy no salimos a ningún sitio, el día ha sido ya suficientemente amplio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario