3 de diciembre de 2010

Ciudadanos sofianetz. Día 32

Día 32:

¡¡Matriculados!!
Hoy es 21 de Septiembre de 2010. Tenemos por delante dos días libres antes de comenzar a estudiar inglés en la Universidad de Sofía (en cirílico conocida como Климент Охридскиa, o lo que es lo mismo, St.Kliment Ohridski). Lo primero que hemos hecho ha sido ir a la Universidad a pagar el curso de inglés. Son 3 meses con 5 horas de clase de Lunes a Viernes, 450 €. Para que los dos recién llegados se instalen lo mejor posible y rápidamente estén adaptados al nuevo entorno, lo primero es acompañar a Fran (de ahora en adelante Pacas) y Pablo (de ahora en adelante Monroy) a realizar algunos trámites importantes tales como comprarse una tarjeta para poder usar el teléfono móvil en Bulgaria (compañía VIVACOM, llamadas alrededor de 7 ct/m., sin establecimiento de llamada), e instalarse en su nuevo piso. Allí hemos quedado con la casera, una señora jodidamente loca que no habla ni un ápice de inglés, español, o cualquier otra cosa que no sea búlgaro. Aunque resulta evidente que no la entendemos, ella no para de hablar y hablar… Contamos con la inestimable ayuda de Iva traduciendo a la hora de firmar el contrato y demás, sino esto era inviable. El precio del piso, al igual que el mío, rondando los 250 € mensuales (125 por persona). Estamos unos de otros a 3-4 minutos andando, y a 10 de cualquier lugar céntrico. Su piso está justo encima del “mercado de las mujeres” de Sofía, famoso por ser el más barato para comprar frutas, hortalizas, queso… Por el contrario, nuestro barrio durante la noche no es un lugar demasiado amigable, aunque eso ocurre en casi todo Sofía.

Vistas desde la ventana del piso de Pacas y Monroy, hacia el Monte Vitosha

En el Bizarro, celebrando el cumple
Una vez todos acomodados, es el momento de pasar a la acción: ¡hoy es el cumpleaños de Pacas! Por si fuera poco, mañana es día festivo en Bulgaria. Comenzamos la noche viendo el partido del Madrid en el Sports1, un local que a base de perseverancia y buenas cervezas, pasara a ser “GARITO DE CONFIANZA” de la expedición cántabra. Más tarde descubrimos el Bizarro, un club con muy buen ambiente en el que se escucha música de los 80 y los 90. La noche dio mucho de sí, y las chicas búlgaras nos demostraron una mente abierta y una capacidad de socialización a las que no estamos acostumbrados en Santander – Torrelavega. Buena cuenta de ello dió Monroy, quién consiguió alunizar con éxito en estas primeras horas en territorio comanche. Poco después, una chica rubia llamada algo así como “Güorra” (no es coña el nombre, va en serio, muy en serio) se nos presentó y se interesó por saber de dónde eramos, qué hacíamos allí, etc. Luego nos llevó con sus amigas, que, por decirlo de alguna manera, tenían algo menos de gracia divina en sus atributos femeninos (y nombres más mundanos, también). Lo que allí ocurrió fue realmente gracioso, aunque no apropiado para detallarlo en este blog. Pacas acertó a resumirlo de la siguiente manera: "Yo tengo un código interno que me impide liarme con tías que me puedan pegar". En la próxima entrada creo que hablaré sobre cómo veo los locales nocturnos aquí, en Sofía.

Hoy cierro con Kylesa, y este vídeo que alguien ha hecho de su tema "Tired Climb" (desgraciadamente  no se lleva mucho en los clubes búlgaros):

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